El mapa de quiénes teletrabajan en el país: ¿dónde viven y cuál es su nivel educacional?

Un salto relevante en la cantidad de personas que desempeñan su trabajo a distancia se ha registrado desde el inicio de la pandemia. Según las cifras de la Encuesta Nacional de Empleo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), desde el trimestre móvil diciembre-febrero a mayo-julio, 1.033.322 de personas asalariadas se sumaron al teletrabajo en el país, llevando su proporción al 20% del total (1.074.296 trabajadores).

“A nivel nacional, al analizar los datos de la Encuesta Nacional de Empleo, previo a la pandemia (diciembre-febrero) apenas el 0,6% de los asalariados en el país trabajaba desde su hogar, es decir era casi inexistente. Hoy con la última cifra (mayo-julio), estamos ante un fenómeno que surgió de forma explosiva”, destaca el economista UC, Juan Bravo.

En su análisis, el experto en temas laborales pone el acento en las brechas que aumentan la desigualdad en Chile, dado que la modalidad de trabajo a distancia “no es para todos” y está asociada al nivel de educación de las personas.

En el trimestre mayo-julio el empleo asalariado cayó 14,8% en 12 meses. Sin embargo, en el grupo que tiene educación superior completa disminuyó sólo 2,8%, mientras que en aquellos sin este nivel de estudios se registró una merma de 21,9%.  Esto, a juicio de Bravo, demuestra que el mayor impacto de la crisis económica es sobre los sectores más vulnerables del país.

La correlación es clara entre el nivel de estudios con la magnitud de la pérdida de empleo y el trabajo a distancia.

Para constatar la desigualdad, Bravo realizó el cruce de las variables (de nivel educacional y trabajo desde el hogar) dentro del Gran Santiago. La segmentación geográfica en términos socioeconómicos de la ciudad, por la homogeneidad de sus habitantes, permite realizar un estudio sobre este fenómeno de mejor manera. Lo que se suma a que la información de la Región Metropolitana es de un tamaño que permite asegurar la precisión estadística.

Ahí detecta que los empleados en la Macrozona Oriente, que registra la mayor proporción de asalariados (formales e informales) en modo trabajo a distancia, tiene el nivel de educación superior más alto (75,3%), distanciando del resto de las áreas (ver gráfico).

“En el fondo, la desigualdad en el acceso educacional tiene consecuencias relevante en cómo impacta laboralmente esta crisis. Al mirar la pérdida de empleo en los asalariados vemos una diferencia brutal en el impacto separando por nivel educativo”, concluye el economista.

¿Qué ocurrirá a futuro con el trabajo a distancia?

En el panorama general sobre el trabajo desde el hogar entre los asalariados, Bravo advierte sobre la desigualdad entre el Gran Santiago y el resto del país. Al eliminar dicha zona, el total nacional se reduce desde el 20% al 13,4%.

“Los trabajadores del Gran Santiago tienen muchas más posibilidades de acceder a este formato que los que se encuentran en regiones. De hecho, la Metropolitana es la con mayor proporción y la que le sigue, Aysén, está bastante atrás. La brecha es brutal”, explica.

A futuro, el economista proyecta que el teletrabajo en los asalariados comenzará a descender a los niveles previos a la pandemia, es decir a poco más de 41 mil personas, en la medida que se avance en la reapertura de la economía.

“Este 20% nacional fue el peak, ahora la encuesta que viene nos debería mostrar una cifra menor. Mi predicción es que una vez que termine la transición la mayoría va a volver a trabajar en forma presencial. O sea, no es algo que todavía culturalmente esté tan impregnado. Tampoco es que retrocedamos a un punto medio entre el peak”, señala.